El histórico descenso del caudal del río Amazonas

 


Autora: Grecia Ariana Ykam Enríquez

El río Amazonas atraviesa un momento histórico en cuanto al descenso de sus caudales, generando incertidumbre y dificultades no solo para las comunidades que la rodean, sino también para el mundo entero. Desde el pasado 13 de septiembre, Loreto anunció el Estado de emergencia en la región para poder hacer frente  a los problemas que trae el estrés hídrico que venía reportando desde el pasado mes de agosto con mayor facilidad debido a las acciones excepcionales que brinda dicho estado. Ahora bien, es importante entender cómo el cambio climático y la mano humana dentro de esta ha propiciado este escenario. Además, cabe observar no solo los impactos de este descenso en la economía, sino también en la sociedad, en el entorno en el que se encuentra (flora y fauna).


Importancia del Río Amazonas

El río Amazonas, uno de los principales ecosistemas de la región latinoamericana, pero también del mundo. Su complejidad y grandeza genera atracción a diversos sectores del mundo académico. Ello, no solo por su extensión, sino también por su gran riqueza natural, fauna así como las dinámicas sociales, culturales y comerciales que se desarrollaron -y continúan desarrollándose- dentro de esta. 

El río Amazonas atraviesa ocho países: Surinam, Guyana, Venezuela, Brasil, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia. De tal forma, como menciona el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) (s/f, citado en WWIC, 2005), este río contiene el mayor número de bosque tropical, una quinta parte del agua y la tercera en especies de flora y fauna a nivel mundial. Según el informe Geoamazonia publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en colaboración con el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP) (2019). Tiene un recorrido de 7.000 KM hasta desembocar en el Atlántico; sin embargo, debido a su constante desplazamiento, es difícil determinar su exactitud longitudinal. Es así que el río se origina en la quebrada Apacheta, en un pequeño manantial de aguas gélidas situado al pie del monte Quehuisha, en la cordillera de Chila, Arequipa, Perú, a una altitud de 5.170 metros. Desemboca en el océano Atlántico, descargando aproximadamente 220.000 m³/seg en condiciones normales. Sin embargo, durante la temporada de lluvias, este caudal puede aumentar significativamente, alcanzando hasta 3.000.000 m³/seg (OTCA & CIUP, 2019).

La importancia del Amazonas redunda no solo en su longitudinalidad, sino también en lo que provee a la humanidad. Según The Nature Conservancy (s/f), suministra humedad a toda Sudamérica, contribuyendo a la estabilización del clima global; además, sus ríos funcionan como principales proveedores de bienes y servicios ecosistémicos, lo cual resulta primordial para el clima y el funcionamiento de los ecosistemas a escala local, regional y mundial. En pocas palabras, “[l]a cuenca Amazónica desempeña un papel crucial para ayudar a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París” (The Nature Conservancy, s/f).

En tal sentido, las dinámicas que trae la amazonía son importantes en el mundo. Sin embargo, tal como exponen la OTCA & CIUP:

“La Amazonía vive un proceso de degradación ambiental que se expresa en deforestación creciente, pérdida de biodiversidad, contaminación de agua, pueblos indígenas y valores culturales en deterioro, y degradación de la calidad ambiental en las áreas urbanas. Esta situación ambiental es el resultado de un conjunto de procesos y fuerzas motrices, que afectan adversamente a este ecosistema complejo y sus servicios ambientales, lo cual se traduce en la pérdida de la calidad de vida de la población local, nacional y de toda esa región” (2019, 13).


¿Por qué se da?

En la última semana, el nivel del agua en el río ha descendido a 106.10 metros sobre el nivel del mar, con una reducción diaria de entre 5 y 8 centímetros, según datos del Centro Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) (Mitma, 2024). Esta disminución continua, que se espera que persista hasta noviembre (La República, 2024), podría alcanzar niveles récord históricos, acercándose o incluso superando las sequías más severas registradas en 2010, cuando el nivel llegó a 105.38 metros. La Autoridad Nacional del Agua (ANA) ha señalado que tanto el río Amazonas como el río Napo están alcanzando los niveles más bajos de su historia registrada, debido a la escasez de lluvias (La República, 2024).

Este fenómeno, como explica Marco Paredes Rivera, director zonal 8 del Senamhi, podría empeorar debido a que los pronósticos sugieren que la sequía persistirá en las cabeceras de cuenca, ubicadas en las zonas altoandinas que alimentan a los ríos de la Amazonía (La República, 2024). En consecuencia, afluentes importantes como el Nanay, el Itaya, el Yavarí, el Marañón, el Ucayali y el Huallaga también están experimentando descensos significativos (Mitma, 2024). Por ejemplo, el río Nanay, que debería estar a unos tres o cuatro metros por encima del nivel actual en su desembocadura, ahora no supera los 50 centímetros (Aguilar, 2024). Esta baja en el caudal también está contribuyendo a un aumento en la temperatura ambiental, con temperaturas que alcanzan los 35 C° y una sensación térmica de hasta 42 grados, mientras que la radiación solar ha alcanzado niveles extremadamente peligrosos de 11 (La República, 2024).

Ahora bien, aunque es evidente que la severa sequía actual es consecuencia de la falta de lluvias, surge la pregunta de por qué ocurre esta falta de precipitaciones. Según explica Romero (2023), en el contexto del cambio climático, la creciente deforestación y la intensificación de fenómenos como El Niño son factores clave para comprender estas sequías. 

Por un lado, Romero (2023) explica que el fenómeno de El Niño, que calienta la superficie del mar en el Océano Pacífico Ecuatorial, ha alterado la distribución de los vientos, provocando sequías más severas. Simultáneamente, las aguas del océano Atlántico tropical norte han alcanzado temperaturas inusualmente altas, lo que ha llevado vientos secos a la región amazónica (Romero, 2023). Según Carlos Nobre (2005, citado en Romero, 2023), científico climático e investigador de la Universidad de São Paulo, estos dos factores están provocando una sequía prolongada y cada vez más frecuente desde 2005, un fenómeno que se ha intensificado debido al cambio climático. Por otro lado, la deforestación contribuye significativamente a la sequía actual, puesto que los árboles liberan humedad, ayudando a la reducción de la temperatura. Sin embargo, la amazonía vive siendo explotada desde hace años, especialmente ello incrementó y evidenció más en 2023 gracias a las políticas extractivas de Bolsonaro. Romero expone: 

“De acuerdo con la científica Luciana Gatti, coordinadora del Laboratorio de Gases de Efecto Invernadero del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, durante el gobierno de Jair Bolsonaro la deforestación tuvo un efecto equivalente al peor fenómeno El Niño registrado en la historia. Las emisiones de dióxido de carbono y de monóxido de carbono, causantes del efecto invernadero, aumentaron 89% en 2019 en relación al promedio registrado entre el 2010 y 2018, y un 122% en 2020 si se compara con el mismo periodo” (2023, sexto párrafo).

A día de hoy, por otra parte, sólo en Perú hay más de 20 incendios forestales activos. Ante ello, a la fecha, no hay una acción conjunta del gobierno para acabar con estos incendios. Puede leer más en Perú en llamas, los incendios forestales como problemática nacional.


¿Qué está ocurriendo?

El descenso del caudal del río Amazonas está generando y profundizando problemas ya existentes en el Perú; hasta algunos comentan que puede llegar a crear gran dificultad económica como pasó con Brasil el año pasado. Como señala La República:

“La escasez de combustibles, alimentos y otros productos de primera necesidad que afecta a Iquitos y otras ciudades de Loreto, amenazan con agudizarse, en la medida que su principal medio de transporte, el fluvial por el río Amazonas, se pone cada día en riesgo de colapsar por el bajo nivel de su caudal” (2024, primer párrafo)

En ese sentido, diversos sectores son los afectados desde las comunidades dependientes del río, hasta la humanidad entera. Tal como expone La República (2024), el estrés hídrico y energético tendería a aumentar conforme el río siga en descenso afectando al área amazónica del país. En tal sentido, como señala Valencia (2024), permanece el temor por el desabastecimiento de alimentos, combustibles, mercancías y agua potable, e incluso el aumento de costos en la canasta básica familiar. Asimismo, la salud pública es otro asunto importante. Como señala Mc Cubbin:

“[T]ambién ha afectado severamente la atención médica en la región. La capacidad de evacuación de pacientes con hidroavionetas ha disminuido en un 50%, y las hidroambulancias apenas operan al 75% de su capacidad, de acuerdo con la ONG Hombro a Hombro. [...] [E]l descenso del caudal de diversos ríos de la región ha complicado el traslado de personas y ha dejado comunidades enteras aisladas” (2024).

Es así que observamos la ferocidad de la sequía dentro de la región amazónica. En Loreto, por ejemplo, las proyecciones económicas se están viendo gravemente afectadas. Inicialmente, el Colegio de Economistas de Loreto había previsto un crecimiento del 2.5% para este año, asumiendo una sequía moderada. Sin embargo, la sequía actual ha superado las expectativas, perturbando cultivos en floración y afectando el 100% de las actividades económicas locales. Mario López, decano del Colegio, indicó que la región, dependiente en gran medida del comercio fluvial, enfrenta problemas de abastecimiento y aumento de costos, lo que incluye el riesgo de un incremento en los precios del pollo debido a la dificultad para obtener alimentos para aves. Las lluvias, esperadas para noviembre, podrían ayudar a recuperar el caudal, pero aún se deben ajustar las estimaciones económicas (Gestión, 2024).


¿Qué podemos esperar?

El artículo aborda un tema crítico que resalta la compleja relación entre la humanidad y su entorno. Aunque el modelo consumista predomina, es esencial reconocer cómo este afecta negativamente a nuestro planeta. La tala de árboles, tanto legal como ilegal, la extracción de minerales, la pesca no regulada y los incendios forestales—ya sean provocados intencionalmente o no—conducen a cambios drásticos en el clima local. Estos cambios extremos tienen un impacto devastador en los ríos, la tierra, la flora, la fauna y las comunidades humanas, creando desafíos significativos para las personas que viven en las regiones afectadas.

En Perú, la situación se agrava con la falta de apoyo adecuado para las regiones amazónicas, incluso después de que Loreto fuera declarada en estado de emergencia. La combinación de incendios forestales y la falta de asistencia pone en riesgo la estabilidad de la región amazónica. Surge entonces la necesidad de cuestionar cómo se pueden abordar estos problemas de manera efectiva: ¿Qué acciones están tomando los gobiernos para mitigar estos problemas? ¿Cómo podemos aumentar la conciencia pública sobre la magnitud de estos desafíos? ¿Por qué, en caso de no tomar medidas adecuadas, no se está abordando la crisis de manera efectiva? Estas preguntas invitan a una reflexión profunda sobre cómo enfrentar y resolver estos problemas ambientales urgentes.


Bibliografía: 

Agilar, A. (2024, 10 de septiembre). Sequía en la selva será más devastadora que la registrada en 2010: Ríos Amazonas, Nanay e Itaya alcanzan niveles mínimos alarmantes. Infobae. https://www.infobae.com/peru/2024/09/10/sequia-en-la-selva-sera-mas-devastador-que-el-registrado-en-2010-rios-amazonas-nanay-e-itaya-alcanzan-niveles-minimos-alarmantes/ 


Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX). (2012). Cuenca del Amazonas. Hispagua. https://hispagua.cedex.es/sites/default/files/especiales/Trasvases/monograficocuencas2012/amazonas.html


La República. (2024, 14 de septiembre). Bajo caudal en Amazonas pone en riesgo alimentos y combustibles en Loreto, Perú. La República. https://www.larepublica.co/globoeconomia/bajo-caudal-en-amazonas-pone-en-riesgo-alimentos-y-combustibles-en-loreto-peru-3952336


Mc Cubbin, R. (2024, 13 de septiembre). Loreto en crisis por bajo caudal del río Amazonas: escasez de alimentos y combustible afecta la región. Infobae. https://www.infobae.com/peru/2024/09/13/loreto-en-crisis-por-bajo-caudal-del-rio-amazonas-escasez-de-alimentos-y-combustible-afecta-la-region/


Mitma, D. (2024, 13 de septiembre). El Amazonas se seca y una ciudad exige ser declarada en emergencia. Salud con Lupa. https://saludconlupa.com/medio-ambiente/el-amazonas-se-seca-y-una-ciudad-exige-ser-declarada-en-emergencia/ 


Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) & Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en colaboración con el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP). (2019). Geoamazonia [PDF]. Biblioteca SPDA. https://biblioteca.spda.org.pe/biblioteca/catalogo/_data/20191217102743_geoamazonia_spanish_compressed.pdf


Romero, R. (2023). ¿Por qué se están secando los ríos de la Amazonía? Salud con Lupa. https://saludconlupa.com/noticias/por-que-se-estan-secando-los-rios-de-la-amazonia/ 


The Nature Conservancy. (s.f.). La cuenca amazónica. The Nature Conservancy. https://www.nature.org/es-us/sobre-tnc/donde-trabajamos/tnc-en-latinoamerica/cuenca-amazonica/#:~:text=La%20cuenca%20Amazónica%20brinda%20beneficios,la%20mayor%20biodiversidad%20del%20mundo


Valencia, M. (2024, 5 de septiembre). Loreto en alerta: Reportan descenso histórico de caudal del río Amazonas que impediría transporte entre regiones. El Búho. https://elbuho.pe/2024/09/loreto-en-alerta-reportan-descenso-historico-de-caudal-del-rio-amazonas-que-impediria-transporte-entre-regiones/

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